Irrelephant

Irrelephant

El precio de un hogar


El precio de un hogar debería ser equivalente a los momentos vividos en él. A los sentimientos que rebosan las paredes.


Esas paredes nos vieron cambiar. Nos vieron llorar de emoción cuando se acercaba la mañana, porque el amor que surgía de las sábanas hacía temblar hasta las paredes de la casa de enfrente. Nos vieron llorar de desesperación cuando anochecía, porque la esperanza que había iluminado el día en algún momento había empezado a apagarse.

Tal vez sea, que tanto daño te hice, o nos hicimos, que no podemos volver a pintar las paredes de otro color. Si los pinceles no encajan en los botes de pintura, o el papel pintado no hace juego con las alfombras. Quién sabe si la culpa fue del color de la encimera, o que tu frigorífico nunca se llevó bien con mi microondas.


Son paredes a las que les gusta llover por dentro cuando por fuera nieva. Cuando hace sol. Cuando las nubes tienen un color que hasta los animales las temen. Con el amor por bandera, y con el amor como un niño pequeño acurrucado en una esquina, escondiéndose de dos ciegos que no son capaces de encontrarlo.


Si las paredes pudieran hablar, nos gritarían. 

Ellas sólo quieren volver a vibrar por una emoción.

"Entonces yo, en vez de bajarte al cielo, te subí a él. Nos quedamos aquí, te dije. Seamos una estrella que se cumple." @elvirasastre


No hay comentarios:

Publicar un comentario